Si te vas!

Si te vas, si así decides,
llévate mi piel
átala a la rama más alta
del naranjo remoto,
ponla a secar y,
por favor olvídame.

Lía mis ojos insomnes,
déjalos reposar en el arroyo
donde a diario te reflejas
para que yo suponga
todavía puedo verte.

La despedida inició
desde el primer encuentro
si te vas, vete sin pena
vete sin culpa
que yo, agradecido,
desde mi orilla te digo adiós
jugando a que en las noches
después de tu partida
reinventaré en el cielo
por siempre tu risa alegre
la melancolía de tu mirada
el indeleble perfume
de tu cuerpo...

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